"...bastó poco tiempo para conocer lo puro de tu corazón..."
Estas palabras son parte de un mensaje que recibí hace poco de una persona a la que intento alentar a no desanimarse en el arduo camino de aceptar las pruebas como parte de la Voluntad Divina y que a su vez nos van puliendo en Su Amor.
Siento que no merezco tales palabras, porque he aprendido a conocer mi corazón y se que aún su pureza no es la que Dios desea. En años pasados a mi conversión final, hice tanta tontería, tanta mala decisión y accedí a mis caprichos, que mi pobre corazón y alma fueron enmohecidos, arrumbados en una pila de inmundicia. Hoy es cierto que cada día es una lucha para dejar que Mi Señor renueve todo lo que yo estropee. Sin embargo, esta mañana pensaba nuevamente en esas palabras y me parece que lo que esta persona vio, no ha sido mi corazón, pero el de Mi Señor.
Sagrado Corazón de Jesús, ten compasión de mí. |
Esta persona no sabe que muchas veces, últimamente, contemplo esta imagen y además de repetir "Cor Iesu Christi, miserere mei", le pido que esconda mi corazón en el Suyo, pues este es un bendito lugar de reposo, de reparación y de consuelo para mi alma que tanto fue mancillada en mi etapa de "yo hago mi voluntad".
Al parecer Jesús se compadece de esos dolores y esa verguenza que aún tengo con Dios, que muchas veces permite que mi corazón reciba Su Caricia, y cuan necesaria es, porque ese toque Divino es el que renueva, pero a su vez, no borra de mi mente, la enorme deuda (infinita en realidad) que tengo con Mi Señor.
Caro amicus, intentando yo que no te alejes de la guía y del Sagrado Corazón de Jesús, me parece más que has visto El Suyo, que el mío. Y espero que sea así, no sólo ahora, pero siempre. Yo poco o nada puedo mostrarte en el mío, que aún debe ser acrisolado para Gloria de Dios.
El volver no sólo a Dios, pero a su Esposa, ha significado en mí iniciar un largo camino de renuncias. Si bien no tengo un esposo con el cual aprender esto, la Bondad de Dios, me lo va enseñando a medida que diferentes circunstancias pasan en mi vida. La renuncia a lo material, que a veces se me olvida cuando me veo tentada. La renuncia a las personas que uno ama, para entender que no son nuestras, pero de Dios y que debemos evitar atarnos a ellas, por mucho que las amemos (si, esta manera de amar, tiene mucho que ver con la que Cristo hace un año empezó a enseñarme). La renuncia a la persona que uno quisiera amar como pareja, pero sabe que es imposible por que caería de cabeza en la profundidad del adulterio. La renuncia a los sueños y aspiraciones de triunfo, de sentirse "orgullosa".... porque al final son caprichos personales, no la voluntad de Dios.
Renunciar, vaciarse... ¿para nada? NO. El Amor Infinito, no cabe en nosotros (en esta vida) en la medida que nos rellenamos de tantas cargas, ataduras y fijaciones. El Amor Infinito demanda, solicita, anhela que estemos vacíos, para Él derramarse en abundancia. Y cuanto nos cuesta comprender, aceptar y asimilar esto, que escrito es muy sencillo. Lo que cuesta es hacerlo cada día.
Antes no prestaba mucha atención al FIAT VOLUNTAS TUA, pero hoy es en muchas ocasiones una pequeña jaculatoria, incluso cuando no me suceden las cosas pequeñas como las había planeado... "Hágase TÚ Voluntad, así en la tierra, como en el cielo".
Esto caro amicus, es la Victoria de Dios en mi corazón lo que tu ves, El Dueño de mi vida, El Único que quiso rescatarme del abismo al que caía, es Su Corazón el que tú ves en mis buenas acciones, y aún en esos pequeños detalles que dejé contigo.... detalles que los aprendí con mi Santa Madre María, Madre tuya también, si aceptas su mano y caminas con ella en el jardín que tiene, allí donde nos instruye con mucho amor y sencillez, la vida de su Santo Hijo. Es su Inmaculado Corazón, el que me ha enseñado a tener esos pequeños detalles.
No hay pérdida. Entregarse al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, mi vida ha cambiado para agradar a Dios, muy a pesar que el mundo me repudie. No deseo más, pues cuando uno aprende la ganancia que es ser alimentada y a recibir el Amor Infinito, todo lo demás es despreciable.
Yo espero, caro amicus, que tú también, puedas en algún momento, quedar ciego en la Luz de Dios y aprender a desprenderte de lo material y de los seres que más amas, para recibir el Amor que NUNCA se acaba.
Sursum corda.
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