"Si el mundo os aborrece, sabed que me aborreció a mí primero que a vosotros. Si fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por esto el mundo os aborrece." Juan 15, 18-19
El pasado 5 de septiembre, día en que se recuerda la muerte de la Beata Teresa de Calcuta, realicé mi primera profesión pública de votos como Laica Misionera de la Caridad (Pobreza, Castidad, Obediencia y Servicio a los más pobres de entre los pobres).
Al escribir mis votos me percaté que luego de 3 años, por fin había llegado ese día! Recuerdo cuando inicié la preparación, le decía a la hermana: Por mi, mañana mismo tomo los votos. Todo tiene un tiempo y un lugar, y sin lugar a duda, Dios Padre sabe mejor porque era necesario esperar este tiempo.
Durante estos años, soy menos acogida por aquellos que alguna vez se dijeron amigos, otros que muy alejados de la fe, no dudan en seguir brindando su mano amiga. Y están los bien amados de Dios, que afirman ese deseo por la Comunión total con Dios.
A medio camino, pensé que no lo lograría. Era aún el tiempo en que pensaba que yo por mis méritos tenía que lograrlo. Fue también el tiempo donde Dios empezó a corregir esa idea y manera de vivir. Inició la renuncia! La renuncia a lo material, el desapego por las cosas en realidad no fue tan complejo ya que hace 4 años pasé una situación ajustada. Pero como dolió el aprender a renunciar a las personas que uno quiere!! Y duele también seguir aprendiendo a renunciar a TODO y sobre todo a uno mismo, por amor al que nos amó primero. Agradezco profundamente a Dios, el que los que entendieron de qué iba esto (si gente, esto equivale a casarse), me acompañaron en la Misa y también en oración, aquellos que no estaban físicamente presentes. Sean llenas sus vidas de la Gracia de Dios.
Vows+Rosary+Cross+Veil = Happy Consecrated Woman |
Sin embargo, no puedo menos que sentirme dichosa de ver lo que el Padre en el Cielo está logrando en mi vida! Hay tanto que ha transformado en mi con mi total consentimiento... que el día de la consagración, cuando el sacerdote me entregaba el Crucifijo, yo sólo podía repetir desde mi corazón entre lágrimas: TODO SEÑOR! TÓMALO TODO! ACEPTO TODO LO QUE TU PIDAS!
Y aquí estoy ahora, celebrando mi primer mes, con mucha más sed que antes, pero también reconociendo que Dios me está formando como una persona más cauta y paciente, que está aprendiendo a abandonarse COMPLETAMENTE en su Divina Providencia.
Tanta es la bendición, que en este tiempo, sin pedirlo y sin ellos haber aceptado formalmente, he recibido guía espiritual muy valiosa de tres personas con un corazón grande y también sedientos de Dios. Hay algo nuevo en lo que ellos me dijeron y algo que debo orarlo mucho, pues son gente de mucha oración. Como fuera, Dios no se cansa de hallar formas para comunicarnos Su deseo. Es uno, muy terco y atolondrado, que tiene que aprender realmente a ESCUCHAR.
Retornando de mi viaje, al cual partí al día siguiente de mi consagración, mi mamá me preguntó: ¿Cómo te fue hijita?. Mi primera respuesta fue: AMADA! MUY AMADA!
¿Quién dijo que ser consagrada, viviendo en el mundo, era aburrido? En el mundo, pero sin pertenecer a el! DE CRISTO! Sólo de CRISTO!
Laudetur Iesus Christus
Nunc et in aeternum! Amen.
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